"Tú y yo podremos pasear juntos bajo ese cielo
estrellado", me dices mientras me besas en el cuello.
Te miro sabiendo que no
será verdad. Que por lo menos en un año no será verdad. Y para entonces, ese cielo
estrellado que observamos desde la terraza de tu ático furtivo será otro, en el
que quizás haya muerto alguna estrella o en el que se haya descubierto un nuevo
planeta.
Y nada será igual. Ni siquiera tú y yo. Nuestros mundos paralelos no volverán a encontrarse en el punto de inflexión de la noche, arropados por el calor de una copa de vino.
Y nada será igual. Ni siquiera tú y yo. Nuestros mundos paralelos no volverán a encontrarse en el punto de inflexión de la noche, arropados por el calor de una copa de vino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario