La historia del Pirata Golosón

Termina 2014 con nuevos proyectos que me llenan de ilusión. El año pasado por estas fechas Ramón, mi Pirata Golosón, levaba ancla desde isla Gamarita para instalarse en las estanterías de algunas casas amigas. Y este año, el 21 de diciembre, llegará a las fiestas navideñas de Torrejón de Ardoz mediante un cuentacuentos teatralizado. 
¡Gracias a todos los que vais a hacer realidad esta historia!

La historia del Pirata Golosón

Cuento ilustrado de la historia de Ramón, un niño que vive con sus padres piratas en una isla del mar Caribe y que va a cumplir 7 años. Su madre, Clarisa, es la pastelera más famosa de la isla,  pero tiene un problema para hacerle la tarta de cumpleaños: a Ramón no le gustan nada los dulces. En su ayuda aparecerán una simpática bruja llamada Piruleta y su lorita Lolita.

Si quieres contactar con el Pirata Golosón, mándale un mensaje a piratagoloson@gmail.com

La Oveja Negra

Después de estar bastante tiempo sin escribir ninguna entrada en el blog, lo que no significa que no haya escrito durante este tiempo, hoy voy daros a conocer el relato La Oveja Negra, con el que ayer gané el primer premio del VII Certamen  de Relato Corto de la Asociación de Mujeres Ada Byron. ¡Espero que os guste!

Pulsar  aquí para leer La Oveja Negra (os aconsejo descargarlo, para poder leerlo con buena calidad).

Miscelánea nocturna

 "Tú y yo podremos pasear juntos bajo ese cielo estrellado", me dices mientras me besas en el cuello.

Te miro sabiendo que no será verdad. Que por lo menos en un año no será verdad. Y para entonces, ese cielo estrellado que observamos desde la terraza de tu ático furtivo será otro, en el que quizás haya muerto alguna estrella o en el que se haya descubierto un nuevo planeta. 
Y nada será igual. Ni siquiera tú y yo.  Nuestros mundos paralelos no volverán a encontrarse en el punto de inflexión de la noche, arropados por el calor de una copa de vino.

La cebra Camila

Aquí os dejo un video del precioso cuento de Marisa Núñez,de la editorial Kalandraka.

Estación Esperanza

Y nada más existió hasta el próximo tren. El tiempo pareció detenerse en la Estación Esperanza. Nadie cruzó la sala azul hacia el mostrador de venta de billetes. El sol se ocultó en el horizonte y el aire arrastró los pequeños rastrojos de las vías.

El Jefe de Estación miró el reloj de la sala, eran las ocho de la tarde, cogió su abrigo y se puso la gorra de paseo. En casa le esperaban su mujer y un plato caliente de sopa. Caminó despacio por la calle, tenía tiempo, quizás el próximo tren tampoco llegase mañana.